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Mostrando entradas de agosto, 2013

SONETO # 04 A JOHN LENNON

Soneto laudatorio EL CRIMEN Sangre impensada. Noche del delito. Cerca de la avenida, el polvo hiriente sereno está. Esperando ser el mito. Calma, yerro, ilusión; perfil: serpiente.             (Horas antes) Le tiembla todo el pecho; escucha la palabra fiel que añora… mas no atiende; persiste con asecho, prosigue con el plan. ¡Su psique implora! (Después) oscuridades comenzando tránsito fúnebre de los juzgados; el sujeto conoce lo nefando, disponiéndose cerca a los llegados… y poniendo en aquél su pensamiento, con cuatro balas ¡Córtale su aliento!

SONETO # 03 A JONH LENNON

Soneto laudatorio ABSTINENCIA Por su tema “Cold Turkey” «¡Prodigio blanco, llave de mis venas! Rasga un vacío que transige avances de autonomía, socio de cadenas; del contexto descose mis balances» Aquello lo viviste de antemano; escucho tu tortura de abstinencia, como demente hiriéndose la mano, o reo vomitando la clemencia. ¡Fiebre elevada, cuerpo dolorido!; el reposo colérico es inmundo; en tu barranco estás, cubil caído. ¡Vives un paroxismo moribundo!... Cede el dolor. No adviertes más tragedias. Lanzas un compromiso, pero a medias.

SONETO #02 A JOHN LENNON

Soneto laudatorio ATUENDO NEGRO Lennon, con tu sombrero de anchas alas saltabas las alturas de tus sueños; con tu atuendo azabache por las malas quebraste, del ataque, los empeños. Oscuro como celda, sin las barras, cruzaste por callejas enfermizas, hueras de vicios, máculas y garras; irguiendo la balada que adonizas. Estrofa que libraste en los rincones hasta neutralizar las asechanzas emprendidas por logias de bribones. Los burdos críticos de henchidas panzas jamás captaron muestra de tu acento. Eras John, desplegado en tu momento. 

SONETO #01 A JOHN LENNON

Soneto laudatorio EL INDIVIDUO Filósofo travieso del sosiego; crítico estoico, visto desde afuera; intérprete sonoro contra el ego; víctima insospechada de la acera; pensador de corriente circular; esposo del divorcio sindicado; individuo entregado para amar; antípoda al combate indeseado;     cruel con los crueles de la falsa paz; perfil nacido del asesinato; del futuro mejor, vidente audaz; del tropiezo narcótico, cegato. No hubo leyenda de cabal razón que la vivida por el franco John.

S.S PARA EL CEDRO

     Este cedro exige agua        y niega su sombra;     riego pide este árbol        y de su broza, no da abrigo                    sus ramas propician heridas,     no es simétrico desde sus raíces;          líneas de dolor abre su madera,          desde lo subterráneo se tuerce               amorfo de los derechos;     no pesa en sus manos las bondades          de los residentes                    no mide en su cuerpo el esfuerzo          de la compañía     paralelo de la injusticia.   

S.S. DEL AGUA FILOSA

     Cayó de los cielos     hasta dominar las paredes     de las alturas vino     y se hizo de los techos                    el pescador se ahoga,      ironía de su labor;        patalea la hormiga del mar        imprevisto en su captura                    sus pies fueron cargados        a la bandeja penosa;     ¡Respira con esperanza!                    ¡Abre tu pecho a la oportunidad!          Sus pasos colocados          dieron a merced del daño.   

S.S. DE LA ROSA Y EL SABLE

     Él es el sable       sí, que no se detiene       ella la rosa     sí, que polemiza                     filo y vegetal       se manifiestan entre sí     entregados, sin perderse     lámina y flor                    aroma     y resplandor       en un círculo                    guardándose       paladín     y columna   

PUERTO LA CRUZ

puerto la Cruz     entre oleaje     y cerros     costa primigenia          estibar      visión de ondulaciones     y ranchería     bahía para contemplar          ojo volcánico     sobre palmeras     paseo naciente          paso que se desahoga     nocturnidad      en altura   

TIEMPO PRESENTE

tiempo     presente     es instante     vigencia todavía          se produce      y reproduce     táctil a la oportunidad     observable          definido      en el espacio     accesible          como para los bolsillos     situación     vibrando   

SOLEDAD

     soledad      minuto      para  su turno     como país sin nadie          omitiéndose volúmenes     suya      el pálpito     desolación          destilando     cuánta     sombra          colores     deslucidos     fraccionamiento   

OCÉANO

     océano     general     volumen     dominante          universo     públicamente azuloso     salitre     multiplicada           abismos,     oleaje,     peces;          vida,     misterios,     energía.   

OLIVO

¿Cuánto pesa un olivo o su fruto en verano? ¿Cuántos deseos valen para alzar su estructura? ¿Cuánto brazo es instado para colmar el cesto con tanto mineral surgido del origen? Nada es más comparable que la siega avanzada en el que ramo fértil presenta su caudal -que estuvo concretándose en la savia recóndita- a los ojos nativos, agrarios y telúricos. Que sean los asaltos pesadilla en la cama, y no se constituya la ofensa del versículo. Que el olivo resida en su trono silvestre.

NARANJAS

Quiero aquellas naranjas que saben dar al día el milagro pedido por las bocas urgentes; esas naranjas prósperas que resbalan orondas, exentas, soberanas, en el seno del cesto. Naranjas con firmeza del brazo percudido. Nombradas por el reino: sustento del hogar, símbolo de la raza, ingrediente en las dunas.   ¡Ay, maldito el asalto que disparan las sienes! Por esas infracciones la raíz no socava y la broza no paga la sombra de la tarde. Que sean las naranjas escudo para ustedes.

QUISE

Quise buscarte a solas cuando el sol fracasaba en la tarde de penas y brisa corpulenta. Quise buscarte a solas detrás de aquellos hombros abruptos y silvestres que cargaban ladrillos. Batí brazos y pétalos para así perpetuar el margen de tu espalda. Y rodó el calendario sin que me devolviera un grano de tu pecho o un punto siquiera de tus labios cruzados. No sucedió en mis manos la primavera enérgica que alguna vez quedó en formar los hibiscos. La distancia es cuchillo que rebana los granos.

EL ROSTRO DE LA MUERTE

Los gestos de la muerte son hendeduras trágicas trazadas por la herrumbre de un criterio patético, es rosa que no existe en fronda hemorrágica; para muchos mortales es un néctar acético. Ángel indetenible que fragua su propósito. Sustento sin censura, franco, casi lunático; amasa alientos para preservar su depósito y así reforzar su servicio dogmático. -Soy cama que no cesa. -Dice con voz solícita-. -Dispongo la tragedia en base a norma lícita. Es un borde de sombra porque nadie le nombra.

MORFOSONETO CON RIMA ESDRÚJULA

Doblado en mi escondrijo y pálido el crepúsculo, entre el temblor borroso en alas de un murciélago y la debilidad por un daño mayúsculo; hora fatal se apuesta arrastrándome al piélago. Esta roca tritura mi perfil en partículas, todo valle y camino lo deforma en obstáculo. Inevitablemente fractura mis clavículas éste rancio demonio con su tosco pentáculo. Sin semilla en la granja, sin región en mi cráneo. Ensordece con grito y jazmín subterráneo. Si fija con la fíbula lesiona cual mandíbula.

PARÉNTESIS DE CARNE A TU CINTURA

Paréntesis de carne a tu cintura, cuando los búhos vuelan con las garras desenvainadas, cuales cimitarras; nada se perderá por las alturas. Sin nuevo acento la desgarradura no se tañerá sola en las guitarras; por tiempo no será la dentadura accediendo a ternezas muy bizarras. Mujer, se como el árbol de pureza que recibe miradas de danzantes terribles, que no miran por simpleza. Con el libro de tu llano semblante los afanes harán el espacio; iré, mujer, a ritmo del topacio.

LA LLACTA

(6+6) EN HOMBROS del Andes, llacta edificada; el silencio, el musgo, signando sus muros. Asombro de rocas hoy resucitada, sobre el Urubamba se alza sin apuros. Siéndole de auspicio agudos barrancos cercan sus fronteras, centran al misterio; ciertamente el Inca alzándose a trancos tuvo en sus conceptos instaurar su imperio. Del capac ñan lejos. Rincón de la casta, Templo-observatorio a Inti omnipotente. Preso el último Inca, hízose nefasta El auge de Picchu al partir su gente dirigiendo el éxodo, grave, vejatorio; y asentar un suyu a otro territorio.

SONETO AL TORILLO DE LIDIA

Soneto Inglés EN la barrera acónchate torillo, anda el diestro protervo en atronarte tomando con infamia el verduguillo, exhibiendo –según– magnífico arte. Te prefiero, torillo, como abanto y no cadáver tras bufas mulillas, de tan sólo pensarlo, ¡mal espanto!; no te alegres, ¡ay Dios!, por las varillas. Alegar tradición, tramar la excusa; celebrar con elogios la corrida al degollar aquella bestia ilusa. –¡Verónicas y lances!–. Vida es vida. Desplieguen la tranquera a los toriles y no tramen con arte fiestas viles.

RESIDENTES DEL POLVO

SE hayan éstos tumbados, resignado el respiro; sus pulsos son oscuros y la faena inerte; y en lapidaria piedra renuncian al suspiro; ¡residentes del polvo existiendo en la muerte! Sus frentes no son frentes sino bruñidos cráneos; sus conciencias, vestigios; sus almas, añoranzas. No les templan dolores ni nervios subitáneos. Filósofos del suelo en dramáticas danzas. Al regazo esotérico entregan sus memorias; silentes en su sombra se posan y lustroso sosiego les concede, mas no exige sus glorias. Varios rezos se escuchan con eco riguroso. La nostalgia deprime las criptas donde moran; son aquéllos que viven, y en llanto conmemoran.

EL SIGNO

(7+5) COLUMNATAS carnales velan al signo, naciente de Afrodita para el deseo; en la noche es intrépido, franco y benigno; al asomar su cuerpo, fértil trofeo. Sobre el códice esboza al grave delta volcado e imponente. Di soberana, ¿vagarás con el trapo sin la piel suelta? Incítame en el lecho mi sed pelviana. Te prefiero desnuda para mis ojos y palpar los misterios en fluorescencia; rozan mis pensamientos en los antojos  e infringen el edicto de la abstinencia. No atiendo los reproches, sólo lo estético; el cuerpo es elemento de lo poético.

BUSCANDO LA FLOR ESENCIAL

CIUDAD deforme y sin criterio  en sus carreteras y calles, proclive a fundar cautiverio; ¿dónde el afán de combos valles? Soy peregrino en mi terruño y busco en jardines la flor, pero incapaz descargo el puño al ver mi esperanza al dolor. Cubriendo el concreto al terreno ha soterrado enteras fuentes, ha herido al munífico seno, ha urdido detalles ausentes. Ciudad sin ornato e histérica la flor esencial es quimérica. Soneto eneasílabo.  Versos trocaicos [ooo óo óo óo]     Versos dactílicos [oó oo óo oó  o]

ANÉCDOTA BARRETIANA

ESTE alcalde de equívoca madera ha urdido un caos por su hablar rotundo.  ¿Hidalgo?, ¿gentilhombre? ¡vagabundo! Refiero de él acá con tal manera: Pronuncia con acento bullicioso; fue fantoche, burlón y cayapero, crápula, malandrín, vulgar, grosero; para colmo de colmos, barretoso.   Sólo se porta así cuando respira... ¡Vaya conducta! Réplica infundada; y pensar que por ello se le admira. ¡Idólatra de la mamarrachada! ¡Pero, vaina tan seria con Barreto! por tu show, con cariño, este soneto.

¡EL GRAN BATAZO!

Soneto Satírico ESTE era un vate en cuya musa hallaba observando a la luna en su delirio; sin exagerar; ¡un bate tomaba del tamaño de un arce, no de lirio! Controversia causaba este señor al declamar sus versos paradójicos; para unos, magnífico cantor; para otros, rimas, títulos ilógicos. Cierto, él aparentaba algo tocado; aun así, ha hecho clásicos poemas; conforme decidí darle un recado. Le expresé a un amigo con mi tema: ― Ve con el vate y dile: ¡Gran Vatazo!... Y no tardes ― Le dije por si acaso ―. Estrambote Luego... ¡Qué estupidez ha cometido! Entendió tal dislate este payaso: «Ve con el bate y déle gran batazo.»  

A LA MADRE YASMÍN

    LA FLOR devota y limpia enarbola su gracia, el tiempo sus favores nuevamente le entrega, como alianza imperial, el concilio, y hacia el proemio de un año que el sino ahora riega. El tierno brote se abre y alude eterna espira,  asido por el cáliz empinando su gloria; el ramo bajo el viento titubea o respira; ayer pulida entera, hoy le embriaga la euforia. Elevemos las copas y alegremente su alma palpemos y frotemos con aceite esencial, y sea el mismo Dios quien arrime la palma y exalte su semblante con señal bautismal. Pues sea tu morar la parábola afín a los mártires píos. ¡Salve, Madre Yasmín!

DIME PRINCESA

Soneto alejandrino dactílico (óoo óoo óoo óoo óo) DIME princesa la pena que agota tus horas; Ella, impresora en tu frente del signo perverso. Habla princesa, no calles, ¿por qué tú me lloras? ¿Cuál es la causa del júbilo roto y disperso? Cruza ese umbral de dolor... ¡Amor mío, demoras! Liba mi aliento de amparo, y retén tu universo íntimo. El tono de las gentilezas que añoras brotan de mí, eres el soplo al idílico verso. Súbete al solio, dispón de clemente diadema, quiebra de súbito el llanto talante de gracia; sigue estas pautas y olvida por todo el dilema. Cierto, la plúmbea pena enmascara la audacia; pero si ondulas la fe con preciso embeleso, salva serás. ¡La promesa revela su beso!

LA LLUVIA

Decasílabo lírico (4+6) DE las nubes tildes de consuelo, por millones, sueltas se deslizan desde el aire hasta el débil suelo. Los deseos se materializan. Cuaja el cauce cruzando en desvelo; vientos gélidos, trotan, sintetizan; mengua el luto ante el nuevo anhelo; los rumores pautas catequizan. Lluvia, lluvia, flequillos de plata. Del espacio, verbo indicativo al follaje. El nervio dilata. Se hace el grano del medio benigno, cruje un vaho... Salto reflexivo: «Este instante se enaltece digno.»  

CONSEJO

Sonetillo asonante (Coplas y soleas) ¿Quién se ha visto solo, hundido, con la sarta del aprieto bajo orden de subyugarte y volcar tu fundamento? No le inspires suponer ni un segundo el desaliento; enfriador de la conciencia, pues allí se haya argumento. Respira profundo, plácido; ponle cordura a tu mente y a las reflexiones tacto. El método es espontáneo; para salir del problema, la respuesta... es remediarlo.

SONETILLO #02

Cuarteta Tercetillo SU doncellez, ¡frágil alma!, compite con la caricia dada con sincera calma. En el goce, Ella es novicia. Su risa virgen ensalma los lauros de la avaricia que extraviaría a mi palma. ¿Desearla... es impudicia? Hembra recién emanada del umbral del manantial. Por la inocencia, amparada. Aún así, en su inconsciencia sulfura el valor sensual. Su cadera... ¡es mi impaciencia!  

EN EL ENIGMA

Sonetillo I (Redondilla Tercetillo) SU nombre está en el Enigma, hondo, hipnótico, furtivo; se advierte si es intuitivo... ¡El suspiro con estigma! Sutil cual la letra sigma. Su perfil provocativo me susurra a ser lascivo. De la aurora el paradigma. Su Imagen vicia a mi mente; salvo, su seno precoz   me baila concupiscente. Desnuda... ¡el santo delirio! Y matutina su voz  yergue al pétalo del lirio.

HEMBRA MUNDANA

Soneto sáfico HEMBRA mundana su giro sugiere  la hora que entibia al nervio dormido. Libra su pétalo, que es musa en quebranto. ¡Don sicalíptico! Dócil un rizo transita en su cuello. Lírica y ciega, la Gracia conduce genio a su seno, y el vínculo erótico; liga su acento. ¡Hombre es a la Hembra! Cede su cuerpo optando el destino de álgido peso. Duerme en los brazos pardos de afectos; cariño viciado; sexo de mesa.

PASQUÍN

Soneto clásico Se argumenta, pues, casi con un grito, al leer un artículo anunciado de un político exento del delito por malversar los fondos del Estado. «Lo típico» se dice, de hito en hito, justifica el presunto inculpado: «—Magistrados, lo digo, lo repito; al país ni un centavo yo he hurtado. Se funda mi gestión para el ¡servicio!, y así solventar con prudentes medios a mi jurisdicción su maleficio.» Este político es mas que un absurdo de honra, y para su estafa no hay remedios... pues montó con su influencia juicio burdo.

ASESINO DE LA ROSA

  Soneto dantesco Que me lleva al hartazgo, que me lleva; ¡hasta cuando soporto misma cosa!, no hay más intolerancia que me atreva que asesinar a la asquerosa rosa. Burlar sus pétalos, callar su tufo; así tramar el crimen imperioso. Quizá ahogarla en su remilgo bufo o mutilar su aspecto aparatoso. Hasta cuando escuchar tanta facundia privándome el descanso, mi respiro, y por días me anula en la iracundia.   Por intrigar su ruina no transpiro, mas alegre me siento si conmino a consumar su lógico destino.

DÍPTICO MOCHICA

EL HACEDOR Araña transmitida por la tapia, o marea de sal ciñendo al vulto; deidad inmemorial de la prosapia marina perdurando como culto. El tumi liberaba al cuello vivo del torrente de sangre que a su lengua pagaba por situar el reino altivo y proteger la siega de la mengua. De la luna subsiste en su morada, todavía el vestigio de esta esencia como figura grave y señalada. Como parte del dogma y la conciencia El Hacedor impuso propia mano al cimentar el derredor humano.   HUACO SEXUAL A la manera de Pietro de Aretino en sus sonetos lujuriosos. A un huaco en particular.   “Follemos alma mía; tú sentada, yo echado, con el dorso puesto en tierra; goza de mi entrepierna apasionada y sentirás lo que mi cuerpo encierra. Tus piernas coronando mis caderas, a tu muslo mi mano se encamina; son mis pasiones rígidas y austeras y aptas por penetrar en tu vagina”. Representar la cópula endogámica prueba la comunión de cuerpo y alma como acato solemne en la cerámica. Destreza demostrada. S

SILENCIO

Aquí asume el silencio con premura su vacía tormenta sin sonido a saturar la habitación oscura donde yazgo hace tiempo consumido. Refiere con acento a su manera cada estrépito oculta de su boca; nada dañino, nada que blandiera con el filo o quebrante con la roca. Espécimen mostrando su portento al sonido que posa inexpresivo y tildado vasallo sin aliento. Admito ser su férvido cautivo. El silencio es acústico en su clase, lo acústico silencia ante su pase.   

LO QUE SABE EL OLIVO

a F.G.L  El olivo conoce la desgracia acaecida bajo un cielo adverso, revuelta por un grupo en contumacia que a violar vino al sólido universo. ¡Y una luna se puso ante sus ojos que nunca sospecharon irrumpidos! ¡Espacio en que los ásperos hinojos abrieran el atajo a los bandidos! Sangre gentil, producto del collado, y desechada luego por la tierra; hombre-poeta lánguido y callado. Se afilaron los cuernos en la guerra. Nacía de las nubes lluvia mala, y el dictamen se impuso por la bala. 

ES UN PACTO DISCERNIR

Juicio debe cruzar el franco atajo, atajo que instituye nuestra mente; sería asunto propio del relajo si lo cediésemos a torpe gente. Hace bastante tiempo transcurrido, a los pies le impidieron con la traba de acero, continuar su recorrido; con tal miseria así se le trataba. Con tales cargos surge nuevo obstáculo cuando procuran, no educar, oír arengas, como asunto de un oráculo. Señores, es un pacto discernir, y no esperar la efigie que se esculpa, porque el revés no traerá disculpa.

JOSÉ SALTA PARA HURTAR LA CESTA DE NARANJAS

José, del bosque oscuro, raudo salta, transfigurado en búho su pechera; al parecer la oscuridad le esmalta su rostro, su coraje, su alma entera. A cada paso quebrantado funda, de primera, la meta ya tramada; y la trocha de sangre de segunda. ¡La cesta de naranjas será hurtada! "¡Sin suplicio no existe la victoria!", es la proclama de José en su mente y así la plasmará para su euforia… Cumplido el timo. ¿Dónde irá la gente labriega, legataria de la cesta, vencida y triste por la acción funesta?

HA CESADO DE FLUIR

Se resiste la tarde a divulgar la brevedad posible de la caña; ánimos concluirán en el lugar postrero que la sombra desengaña. Incontables sollozos dando muestras de la pasión intrínseca del pecho. Dicen: - El brote dulce para nuestras granjas ha requemado en el barbecho. ¿Cómo se regará, a partir de ahora, al huerto fragmentado en esta tarde Si el lumpen de rodillas clama y ora? ¿Con cuál raíz que al huerto salvaguarde? Le ha llegado a la caña mal invierno; nada vive o transcurre y sea eterno.