Soneto laudatorio EL CRIMEN Sangre impensada. Noche del delito. Cerca de la avenida, el polvo hiriente sereno está. Esperando ser el mito. Calma, yerro, ilusión; perfil: serpiente. (Horas antes) Le tiembla todo el pecho; escucha la palabra fiel que añora… mas no atiende; persiste con asecho, prosigue con el plan. ¡Su psique implora! (Después) oscuridades comenzando tránsito fúnebre de los juzgados; el sujeto conoce lo nefando, disponiéndose cerca a los llegados… y poniendo en aquél su pensamiento, con cuatro balas ¡Córtale su aliento!