a F.G.L
El olivo conoce la desgracia
acaecida bajo un cielo adverso,
revuelta por un grupo en contumacia
que a violar vino al sólido universo.
¡Y una luna se puso ante sus ojos
que nunca sospecharon irrumpidos!
¡Espacio en que los ásperos hinojos
abrieran el atajo a los bandidos!
Sangre gentil, producto del collado,
y desechada luego por la tierra;
hombre-poeta lánguido y callado.
Se afilaron los cuernos en la guerra.
Nacía de las nubes lluvia mala,
y el dictamen se impuso por la bala.
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