Pintura de 1884 de Frank Dicksee (1853 - 1928): la escena del balcón de Romeo y Julieta . La situación se hiló cuando el joven Romeo, famoso tarambana, penetró en el convite donde estaba Julieta, la joya del deseo. ¿Qué intentaba, el Amor, al urgir el envite? Pero entre el paroxismo gruñeron los desmanes, como tormentas ácidas en tierras de Verona. Por esa ceguedad nacida de los clanes, el eje de la historia se deshizo en la lona. Esta es la moraleja, mis obsesas chiquillas: no anhelen los romances que incluyan pesadillas, en vez de ilusionarlas, al final las infarte; ni crean en Cupido, débil ante el 1 excidio, pues al saber la escena del forzado suicidio, obsequió sus saetas al distraído Marte. 1. m. desus. ( Del lat. excidĭum ). Destrucción, ruina, asolamiento.