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Mostrando entradas de agosto, 2016

Relación de un río y un puente

Lienzo de Jorge Noriega Primero, el río timbró su ribera de canto redondo, puso los pies de serpiente propicia con muerte en el mar, el verde dio su relato de rostro estable y lirondo, y artero el cielo asestó su saeta por darse un lugar. Luego, el herrero sentó a los titanes carentes de oídos, —porque el mortal avasalla los mundos según sus antojos—, quiso combar el metal en su fragua con polvo y sonidos, quiso tender el camino hacia el disco profuso de abrojos. Raudos y alados, el río y el puente, domaron la tierra: aquel, su horrura condujo con fibra por rutas sin vuelo; este, el pontazgo hacia el éter cobró con temple y desferra; y ambos le dieron al pueblo su dádiva, su giro y consuelo. Diario de un pueblo que marcha, suspira y crece en la vega; lienzo y pincel de la mano exquisita de Jorge Noriega.

El Silbón

Cuando el chubasco enrarece a Guanare, la noche amortigua sendas al paso, con fango y hedor, y al nervio dilata, porque el silbido que inquieta la trágica, la vieja estantigua, es la tormenta pesada que hiela y al sueño maltrata. Hijo maldito que carga el macuto con huesos de infieles —sucios osarios de gentes que al mito no puso la oreja—, sienta a la puerta, calcula el marfil, extirpa las pieles. Puso el abuelo la multa adecuada que ha tiempo le aqueja. Cerca su silbo: perturba la espalda; si lejos se escucha: no desconcierta, ni agita el aliento sujeto al vislumbre, porque su hambruna de muerte no escoge la ahíta casucha, porque su ahogo de noches engaña su cruenta costumbre. Para espantarlo, el ají que le azor e , el cuero que hostigue , o la amen aza del perro t ureco que a fug a le o bli gue .

Venezuela indígena

                     I Hablemos de mi tierra de Apaicuar, arcilloso país cumanagoto, que alentó a Cayaurima a batallar, no sin antes pintarlo con onoto. Los valles siempre verdes en Aragua, Páez se bautizó con el Apure, es el cacao el oro de Caucagua y en Barinas adoban al acure. Triunfaron los corsarios en Tucacas; El Dorado nació por los cocuyes; el Guaraira Repano es de Caracas y de Bolívar, prístinos tepuyes. Gracias al Gran Guajibo por su espuela que heredamos la estirpe en Venezuela.

Patria Pequeña

Escudo del Estado Anzoátegui - Venezuela Mi suelo que adoro, es oro y anhelo. Canelo  tesoro, ¡sonoro cincelo! Es casa pequeña que abrasa. Me enseña su hogaza risueña.  

¡Es blanca!

Albina La Parca, ¡matriarca cansina! Muy pálida exclamo; difamo si cálida. Es fría, radiante, impía. Garante durante  la vía.

¡Apuro!

El puro al labio, muy  sabio, procuro. Mi aliento innova, ¡caoba violento! Se adueña la leña mi carga. Mi pecho es lecho que alarga.