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Mostrando entradas de junio, 2015

La Trompa de Donaldo

También el simio adopta la corbata, aunque el difícil nudo obstruya el morro. Agarrar y encender el luengo porro, y crispar y escupir la perorata. Con tu mensaje has difundido el caldo encendiendo el furor de los latinos, que trazan, en tu gran nación, caminos y no atajos, mi pálido Donaldo. Desconocíamos tu obtusa novia a quien la gente llama Xenofobia: severa con los tonos de la piel. Escondidos del seso —por la pompa—, labios y lengua... ¡Diéronte una trompa! ¡Con rancia guinda ornaste tu pastel!

Leyenda de Ares en Dos Guerras

Incorporó el venablo: ¡mazmorra del mavorte!, para rasgar las vísceras, que a la cándida Europa, atestaban sus cielos para este deporte, que tuvo fechas crueles y baladros de tropa. Frustraba del palacio la serena hornacina, fervor del archiduque donde tejía el mando, y cercenó los robles toscos en la colina. Produjo su memoria con el filo nefando. La escupida Agenórida notó varios brebajes distribuidos con tósigo, calcinando con asma, y orgías de pescuezos que lavaban linajes; ¡cientos… miles de pórticos desparramando el miasma! Y supo aherrojar algunos eslabones: con átomo supremo ocupó sus aviones.