También el simio adopta la corbata, aunque el difícil nudo obstruya el morro. Agarrar y encender el luengo porro, y crispar y escupir la perorata. Con tu mensaje has difundido el caldo encendiendo el furor de los latinos, que trazan, en tu gran nación, caminos y no atajos, mi pálido Donaldo. Desconocíamos tu obtusa novia a quien la gente llama Xenofobia: severa con los tonos de la piel. Escondidos del seso —por la pompa—, labios y lengua... ¡Diéronte una trompa! ¡Con rancia guinda ornaste tu pastel!