GNB con el violín roto ¿Quién armó aquella diestra? ¡El dios Apolo! No creyendo en la gala cinegética, quiso pactar exacto protocolo levando al músico a devota estética. Ante el bochinche el joven irguió el arco; el perdigón obvió, también los gases. No fuera, en demasía, verse parco, sus dedos restalló con los compases. Mas, entre nota y nota, Fechoría cínica fue, traspuso la protesta para atentar de frente la harmonía. Suelta del diapasón la tirantez el treno fue la lágrima compuesta que el violinista dedicó al soez.
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