Ir al contenido principal

A un Bigote


Al modo de un soneto satírico de Quevedo, pero más risible.

Érase un gafo con bigote ahincado,
érase tal bigote conflictivo,
érase tal bigote ignaro y *vivo,
érase un bagre hediondo mal rapado.

Era un **cazabe exiguo muy tostado,
era un zapato de cordón nativo,
érase un **cunaguaro pensativo,
era ****Vicente Gómez más gastado.

Érase largas pencas de palmera,
era un cuesco mordido del *****jobito,
el cacicazgo de bigotes era.

Érase un bigotudo chiquitito,
mucho bigote, cerda tan breguera
que el hocico de Castro diera el grito.






*Persona de malas mañas o costumbres.

**Es un pan ácimo, crujiente, delgado y circular hecho de harina deyuca, este se asa en un budare, comal o a la plancha.

***Es una especie de mamífero carnívoro de la familia Felidae. Es un felino de hábitos nocturnos propio de los bosques tropicales de América Central y América del Sur

****Fue un dictador venezolano que, como tal, gobernó de manera autoritaria a su país desde 1908 hasta 1935.

*****diminutivo para jobo de la India, fruta de cuesco ramificado.





Comentarios

Entradas populares de este blog

Violín roto

GNB con el violín roto ¿Quién armó aquella diestra? ¡El dios Apolo! No creyendo en la gala cinegética,  quiso pactar exacto protocolo levando al músico a devota estética.   Ante el bochinche el joven irguió el arco; el perdigón obvió, también los gases. No fuera, en demasía, verse parco, sus dedos restalló con los compases. Mas, entre nota y nota, Fechoría cínica fue, traspuso la protesta para atentar de frente la harmonía. Suelta del diapasón la tirantez el treno fue la lágrima compuesta que el violinista dedicó al soez.

El Silbón

Cuando el chubasco enrarece a Guanare, la noche amortigua sendas al paso, con fango y hedor, y al nervio dilata, porque el silbido que inquieta la trágica, la vieja estantigua, es la tormenta pesada que hiela y al sueño maltrata. Hijo maldito que carga el macuto con huesos de infieles —sucios osarios de gentes que al mito no puso la oreja—, sienta a la puerta, calcula el marfil, extirpa las pieles. Puso el abuelo la multa adecuada que ha tiempo le aqueja. Cerca su silbo: perturba la espalda; si lejos se escucha: no desconcierta, ni agita el aliento sujeto al vislumbre, porque su hambruna de muerte no escoge la ahíta casucha, porque su ahogo de noches engaña su cruenta costumbre. Para espantarlo, el ají que le azor e , el cuero que hostigue , o la amen aza del perro t ureco que a fug a le o bli gue .

Soneto a un Muslamen

Suculento muslamen avanzado, que guardas la impresión que se sabe; con violento barniz desesperado enseñas primavera infiel y grave. Ninguna lobreguez presenta el gesto, y los cactos no logran darte espina; ocurre mediodía, en torno al puesto, cuando asomas bravura femenina. ¿Qué sucede, inmediato, a tu custodia, pues nunca manifiestas el misterio, solo cuando se canta la rapsodia, o cuando emborracha el sahumerio? ¡Enséñate muslamen, cuando ganas  la visión enfrentando las ventanas!