Walt Whitman |
De Huntington provino tu semen matutino
para reproducirse cual número coloso,
y empinarse entre el valle y el lago de los duelos:
eres popular musgo entre la vulgar roca.
Al parecer tu frente, de altura, de estallido;
mezclada con la tierra y todas sus partículas,
se funde y se confunde con un trueno o cometa
avanzado en su rumbo o amores viscerales.
Eres búfalo fiero del que todos comentan:
perceptible en el orden, definida en el pasto.
¡Oh padre sideral ofréceme tu hogaza!,
¡cédeme tu discurso que cuelga de tus labios!,
¡sírveme de ese cáliz de luz, de cereales!,
¡acógeme en tu anillo que revoca las sombras!
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