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Soneto a Ruben Darío


Ruben Darío

Con motivo a ciertos eventos anteriores a la escritura del poema Salutación del Optimista


Cuando el Príncipe vaga, su facundia no tiene volumen,
es un cisne sin plumas que no ansía calar por el cielo,
es obtuso su lápiz, pues la causa no acierta en el numen;
individuo indolente que se anima abismado en el suelo.

Elevó la promesa en un tiempo en que Hispania buscaba
escuchar el estímulo que menguara el morrión ofendido:
aquel Hierro del Norte reducía la póstuma aldaba
con el guante de Marte, como quien desespera encendido.

No obstante, Poesía, ¡nunca cede en minutos históricos!,
y forjada la Estrofa hechizó todo aquél Ateneo.
Pero en los corredores la evidencia de varios teóricos

precisan con su letra, que el rapsoda bribón y bellaco
con un nicho de penas —intentona de darle al falseo—,
ingería unas onzas del eufórico y burdo de Baco.

(13 feb 2.015)

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